martes, 25 de marzo de 2008

CRÓNICA SEMANA SANTA 2008 ....desde Cuenca.
Acaba de llegarme un email de mi primo el de Cuenca, amante de nuestra Semana Santa, en el que me comenta su crónica de esta Semana Santa 2008 que ha podido vivir.
Más bien parece un diario o informe:

El Domingo de Ramos pudo ver a Jesús Despojado en su salida. Me dice que le parece una Hermandad que lo tiene todo para ser de las buenas de este día y que a la vez le falta bastante. No es el mejor de los andares el que realiza la cuadrilla del misterio.

Le gustó mucho la serenidad de Humildad y Paciencia de la Hermandad de La Cena así como el movimiento del paso de misterio el cual viene haciéndolo realmente bien estos últimos años.

Me resalta la dulzura añeja que desprende en cualquier parte del recorrido El Cristo del Amor.

A mi primo, “el de Cuenca” le impresionó bastante la soberanía con la que lució en Campana el misterio de La Amargura “El Herodes”.

Pero algo raro vio en la Hermandad de La Hiniesta, pues además de la lindeza que el crucificado y su paso de palio tenían, me dice que vio dudas en la forma de andar de los pasos, en especial del Cristo de la Buena Muerte.

Me comenta mi primo de Cuenca que Triana es Triana y cuando ve moverse a los pasos de este barrio se le sube la testosterona. Ese zapaterito de La Estrella de costero a costero o os izquierdazos, a veces demasiado largos. La Virgen de la Estrella desprendiendo el dolor más dulce de todas las dolorosas con su andar tan fino y sencillo, este año con el techo de palio de Garduño, realizado para la Coronación.

El Lunes Santo, mi primo, algo cansado, continuó con sus “quehaceres” cofrades y se deleitó con el Cautivo de Santa Genoveva en el Postigo. La luz del sol, el dorado del paso, el rostro del cristo y el andar siempre de frente quedó impregnado a modo de estampa en la mente de mi primo, se lo lleva para él y para Cuenca. El palio en su línea fina y alegre.

San Gonzalo, hermandad que el espera todo los años pero que este año decidió no esperar, pues la cofradía cada vez tiene más nazarenos y desluce algo la procesión. Por otra parte vuelve a impresionarle el paso de misterio que vuelve a ser de los mejores andando en Sevilla, rozando casi la perfección, por aquello de que nadie es perfecto. A la virgen la vio en el Baratillo, palio muy fino.

Siguiendo con un día lleno de grandes momentos lo siguiente fue ver a la hermandad del Polígono de San Pablo por calle Cuna. Piensa que es un impresionante misterio que con los años tomará aún más fuerza y le dejó una preciosa estampa para el recuerdo, la Virgen del Rosario con el manto de la Coronación de la Macarena.

De ahí a la Alfalfa a ver La Redención, un misterio que pase por donde pase deja las calles llenas de bullicio. Siempre originalísima la forma de andar de este paso de misterio, con elegancia y apenas sin un renuncio, buenísima composición entre el lugar, el misterio, la cuadrilla y la agrupación.

Tras esto Santa Marta, por Cuna con Orfila. Mi primo cada vez que ve este paso no da crédito, se queda anestesiado, embobado… Es remontarse siglos atrás con una cuadrilla buena y profesional que siempre deja sus tres pasitos de más cuando tocan al martillo el ¡ahí quedó!, paso dado paso ganado.

Tras un breve bocadillo de tortilla calentita y su correspondiente helado burraquero fue a ver la entrada de Las Aguas, que le resultó estar llena de clacisismo en las marchas que tocaba la banda del Sol. En cuanto al Palio mi primo me cuenta que le encanta la Virgen de Guadalupe por la belleza que año tras año irradia, bonito palio.
Y despúes de esto mi primo decidió ir a descansar pues el Martes Santo prometía.

El Martes Santo mi primo de Cuenca vio salir El Cerro del Águila, pese a lo temprano de su salida le mereció la pena según leo ya que me dice que lo llenó de vida, de alegría y de solidaridad ver a todo este barrio volcado con su hermandad y sus imágenes.

Tras los montaditos correspondientes y alguna cervecita se va a ver la salida de Los Javieres, llena de sevillanía, en la calle Feria. El Cristo de Las Almas, con una forma peculiar de andar, un paso muy lento y abierto, majestuoso. La salida del Palio de Gracia y Amparo es portentosa, de valientes costaleros, muy bonito.

En la Campana, gracias a un compadre suyo, pudo ver San Benito, y me dice que le alegra ver como el gran y buen misterio va recuperando ese andar característico que tenía y que parecía estar decayendo. También me habla bien del palio, aunque no lo parezca, pues el me escribe que entró bastante bien con un son muy alegre y marchas nada tristes.

En Contratación, Los Estudiantes, enorme hermandad de cabo a rabo y enorme estampa la que le dejó en este Marte Santo esta hermandad.

La entrada de Santa Cruz fue algo que el nunca había visto y que le sobrecogió bastante por decirlo de alguna forma. Quizás echó de menos que no apagaran las farolas de la calle. Le sorprendió la entrada del palio muy costosa y a la vez muy forzada tras subir los costaleros una rampa demasiado inclinada.

Para terminar el día, casi destrozado, vio La Bofetá en su entrada. Precioso el andar de los costaleros, precioso el misterio, preciosa la plaza de San Lorenzo a oscuras y un gran recital de la banda de Cigarreras. La Virgen del Dulce Nombre un año más divina, con claveles rosas como de costumbre.
A descansar que ya era tarde.

Jamás se imagino mi primo de Cuenca que con lo bien que todo marchaba, el Miércoles Santo se truncaría de la forma que lo hizo por culpa de la inoportuna lluvia.

Se enteró que La Sed salía a la calle, incomprensiblemente, pero si rápido le llegó la alegría, más rápido le invadió la tristeza. Ninguna hermandad del día pudo salir, se consoló de iglesia en iglesia…el Jueves Santo sería otro día…¿mejor o peor?

Pues a medias, por que entre trajes y mantillas decidió ir a ver al Señor de Sevilla a su basílica, estaba inconmensurable, allí en San Lorenzo comenzó a decaer los ánimos. El día estaba muy feo, llovía sin parar y ni Los Negritos, ni La Exaltación, ni Las Cigarreras pudieron salir. Más tarde y tras un cafelito calentito comenzó a despejarse pero con algunas dudas en el cielo y Montesión decidió salir. Pues nada, mi primo, como no, de los primeros a verlo, en Trajano, el misterio a toque de tambor y el palio, original donde los haya, andando muy bien.

Lo siguiente que pudo ver fue la salida del Valle, hermandad que a él le gusta ver todos los Jueves Santo, de principio a fin. Destaca el palio con unas levantás soberbias y dónde este año ha notado que el movimiento del palio es menos llamativo, más fino.
Mi primo, el de Cuenca, vestido de chaqueta y muerto de frío, decide ir a su casa a comer algo y abrigarse, pues le queda una Madrugá en la Campana llena de grandes momentos y de mucho frío.

La Hermandad del Silencio es una hermandad que le sobrecoge bastante, es como a él le gustan, hechas y derechas. Y me comenta que es muy llamativo el sonido del palio en la levantá, eso tiene que pesá me dice.

Después llegó El Gran Poder, este año con la túnica bordada, la de los cardos. Es diferente, es otra forma de verlo, El Gran Poder es el Señor de Sevilla con túnica bordada o sin ella. Cree que una vez cada tanto tiempo no hace daño.

Demasiados nazarenos en La Macarena, aún pasando de tres en tres es imposible no dejar retraso en carrera oficial. El Misterio le encanta no así la forma de andar, aunque reconoce que al menos en Campana no desentonó. La señora venia elegantísima, señera, bonita y radiante como siempre y el tocado de este año era algo que la hacia diferente a otras Madrugás.

El Calvario trasladó a mi primo a otro lugar, no a Cuenca, sino a otro siglo. Ver el buen crucificado de Ocampo y los cuatro hachones encendidos en la esquinas del paso es algo que nadie debe perderse. La Virgen de la Presentación como otros años, como siempre con los numerosos puntos de luz iluminando su hermoso rostro.

La Esperanza de Triana llegó a Campana dejando aún más retraso. El mismo que padecería después la hermandad de Los Gitanos. “El Caballo”, entró con una selección de marchas muy buenas y mejor interpretadas. Ya enfilando a Sierpes volvió a Campana, aunque suene redundante, como en otros años nos tiene acostumbrados dejando su sello de la calle Pureza. La Esperanza venía hermosísima con un tocado especial, dicen que como la de los azulejos antiguos. Mi primo de Cuenca dice que allí no la conocen así pero que ya deberían pues es algo precioso. El “pero” se lo pone al exorno floral, de nuevo se ha vuelto a incrustar en el paso enormes centros de flores bastantes llamativas que desvían la atención de la Señora de Triana. Otros años atrás le gusto más, pero bueno es cuestión de gustos.

Por fin algo esperado y que dice no le defraudó. La entrada en Campana de Los Gitanos, el Señor de la Salud y de la Virgen de las Angustias gitaneando y flamenca como siempre. Pero me reseña al Señor, me dice que es de lo más bonito que ha vivido jamás. Le levantó el vello, ¿sería el frió?. Marchas muy bien elegidas y además de Saeta me dice que cuando sonó Caridad del Guadalquivir fue el momento cumbre que concluyó con una enorme ovación de la Campana en pie. Gran conjunto el que forman la Agrupación Virgen de Los Reyes y la cuadrilla de costaleros del Señor.
Después de esto a dormir a casita con una sonrisa en la cara a pesar de ver a numerosos nazarenos de las tres hermandades de capa fuera de sus filas y en los bares pidiendo tostada y cafelitos con leche….cosa que enrabieta mucho ami primo, no comprende estas cosas.


Pero el Viernes Santo por fin se libraría de la lluvia y eso lo alegró aún más. Podría por fin verlo al completo.

Pudo ver el enorme aplauso a la cruz de guía del Cachorro al entrar en la Campana, anécdota sin duda alguna de este año. El Cachorro resultó ser la hermandad del Viernes Santo, todos la esperaban con ansia y no defraudó. Mi primo se quedó embobado con el crucificado siempre al mismo son con una banda que no paró de tocar en toda la Campana… ¡Soberbio!. La Virgen del Patrocinio dio una completa lección de cómo ir fina, elegante y con alegría a su vez. Me dice mi primo que la Virgen parecía hasta sonreír.

Fue a ver La Carreteria antes de su entrada. A mi primo el paso de misterio le resulta espeso, a mí también, es barroquismo puro y duro, algo que te traslada a otro tiempo. Preciosa estampa.

La O la vio saliendo de la Catedral. ¡Ole las hermandades Trianeras! Me dice entre líneas. Un nazareno dulce como ninguno y que anda siempre de frente, capataces muy buenos. ¿Y el palio?, un señor palio para una Señora trianera de verdad.

Mi primo no harto de Cachorro fue a buscarlo de nuevo para acabar el Viernes Santo a la calle Castilla, a la altura de la iglesia de La O. La oscuridad, los naranjos y el cristo con los candelabros iluminando su cuerpo lo dejó boquiabierto. Cuando llegó el Palio sólo le faltó llorar y le pidió gracias a Dios por dejarlo ver eso que tanto añoraba.

El Sábado Santo, con sensaciones aún del día anterior, se despertó con el día algo gris. A pesar de eso todas salieron. Más tarde les cogeria la lluvia. Me destacó la lastima que le causo ver la imagen de la Soledad tapada con un plástico mientras le caía la mundial y que justo antes de entrar en Campana el paso se topó con una de la vallas que la delimitan. Una pena. Cada hermandad quedo guarecida en diversos puntos del centro.
A partir de las diez de la noche cada una decidió volver a su casa por el camino más corto.

Ya metido en Domingo de Resurreción, como no quedó harto mi primo se fue a ver la salida de La Resurrección. Salida que le entristecio bastante y no por la hermandad. Me comenta que es algo inhumano, enrarecido y que con el frío que hacía le cuesta entender que una hermandad salga a la hora que lo hace esta, digan como las demás. La gente no acompaña y eso que la plaza estaba casi llena. Él me dice que bien podrían incluirla en el Sábado Santo y yo creo que está difícil la cosa a no ser que el nuevo presidente del Consejo haga algo más por esta hermandad. ¿Y porque no sale a una hora más prudente como las 9 de la mañana?...lo mismo pienso yo, ya que así ocurre en muchos puntos de la provincia.

Tras esto mi primo de Cuenca se acuesta y el incansable se levanta para ver la Resurrección entrar. Impresionante la agrupación de Los Polillas de Cádiz que habría el cortejo, ya les pareció buenos en la salida. Deberían venir más por aquí. Se despidió mi primo de la Semana Santa a lo grande, con una chicotá de las valientes con el himno de Sevilla, Amarguras, sonando para la entrada de La Aurora entera sin bajar el paso ni un instante… ¡Enorme!


Me deja escrito mi primo una nota aclaratoria disculpándose por las hermandades que se ha dejado en el tintero pero este año no ha podido ser y promete el año que viene seguirlas para dejar su crónica.

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