TODO ESTÁ CONSUMADO

Todo empieza y todo acaba, todo tiene su comienzo y tras este, su fin. Y, en Sevilla, sentimos que se nos va todo cuando aún nada ha empezado. Como si leyéramos un libro al revés, de final al principio o como si nos dijeran el final de una película que tanto esperamos sin que aún la hayamos visto. Y es porque lo vivimos todo. Que no son siete días, que son cuarenta y siete más o los que cada uno necesite. Para mí es todo un año y me hago la idea de que nunca empieza y nunca acaba.

Pero la realidad es que cuando estamos a las mismas puertas de nuestra Semana Santa, del Domingo de Ramos, ya echamos de menos esto. Que razón tenía Antonio Burgos. Se nos ha esfumado la cuaresma en menos que ha cantando un gallo.

Pero la realidad es que cuando estamos a las mismas puertas de nuestra semana santa, del Domingo de Ramos, ya echamos de menos esto. Que razón tenía Antonio Burgos. Se nos ha esfumado la cuaresma en menos que ha cantando un gallo. Se acabaron las reuniones y tertulias cofrades tras los ensayos, los fines de semana paseando por Sevilla viendo iglesias besamanos, cultos…ahora cuando entramos en San Juan de la Palma, en San Martín o San Andrés, lo mismo da…nos damos cuenta al ver los pasos ya montados de cómo estábamos hace 40 días y como estamos ahora.¡Quien te ha visto y quien te ve Sevilla mía!

Adiós Cuaresma de ensayos. Ensayos en los que tanto he aprendido. En los que me he quedado un rato más, si, tomando una copa, ¿por qué no?. Compartiendo opiniones, haciendo tertulias, divina suerte de la cual también se aprende. Adiós Cuaresma, que tanto me has dado un año más y que no conocía el año anterior. Gente nueva, pasos nuevos, capataces nuevos, amigos nuevos, formas diferentes de oler y respirar Sevilla. Adiós Cuaresma de estampas, Cuaresma de la rampa del Salvador que viste de nuevo a tu hijo El Señor del Salvador subir por ella para volver a su casa, la de siempre. O la de La Estrella y su diadema, o como el austero vía-crucis del Buen Fin o ese gran momento casi a solas con el cristo de la Caridad de Santa Marta en el que todo se detiene, el tiempo, la luz, el aire, el corazón, el oxigeno.


Adiós Cuaresma de pintadas, de rumores, de noticias, de criticas, porque sin ellas no sería lo mismo. Cuaresma de mujeres queriendo ser costaleros, de capataces mediáticos, de capataces sencillos y humildes, amigos de sus costaleros, amigos de sus amigos. Cuaresma de destituciones injustas…¿o justas?....Adiós cuaresma del azahar, este año más florido que nunca, con el mejor de los aromas. Adiós Cuaresma, de tapas y cervezas en algún bar cofrade, bar pequeño, de paredes amarillentas tapadas por cuadros anecdóticos, curiosos …


Adiós Cuaresma del pregonero, del hombre de letras, del catedrático de Sevilla.
Adiós mi Cuaresma bonita ... hasta el año que viene, que ahora viene tu madre y señora, la amante de Sevilla, LA SEMANA SANTA. Ya esta todo listo y preparado, los costaleros fajándose, otros tirándose del costal, los nervios, las llantos de alegría y la tristeza de los llantos, que la cuaresma son cuarenta días y Semana Santa una semana sólo, semana vivida con la intensidad de un año entero. Aquel niño de la Borriquita, el capataz que va a tocar el martillo, meted riñones sevillanos…que Sevilla va a llamar…¡al cielo con él!...¡a esta es, Sevilla!